lunes, febrero 05, 2007

Traidor


Y la hoja se clavó, como una mirada fija, en mi espalda
Y sin abrir los ojos, le diste tres vueltas al mango

Y el metal era mi odio. Y en mi boca, sabor a hierro
Y en mi espalda, hoja de acero

Y abriste los ojos. Y eran avellanas de otonho.
Y de mi espalda calló la hoja, y acabó el verano.

Y las avellanas eran espejos. Y en los espejos, almas.
Y viste tu alma reflejada. Y llegó el frío de invierno.

Y en mi espalda, escalofríos. Y en mi espalda, calor.
Rojo y líquido.

Y sentiste pena. Y soltaste la hoja.
Y agarraste mi mano.

Y la sangre manchó los espejos. Y las avellanas se cerraron.
Y soltaste mi mano. Y volviste a la primavera.

Y yo, con sabor a hierro y con mirada de metal y con hoja de acero
Morí en invierno.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

förlåt...

5:27 p. m.  

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